Después de dos álbumes tan completos y complejos musical e instrumentalmente como "No podemos ser amigos" (2002) y "The last laugh" (2004), Irene R. Tremblay, o sea, Aroah, vuelve con un mini-CD de seis temas -cinco en inglés y uno en castellano- que podrían definirse como los ecos de aquella última carcajada, es decir, una prolongación a modo de epílogo de "The last Laugh". Un disco sencillo, fluído, de inspiración acústica, en la onda de Hope Sandoval o la primera Nina Nastasia, arreglos inquietantes e instrumentación ambiental donde la acompaña Raül Fernández -Élena, Refree, Rock de Lux Experience...-, coautor de tres canciones del mismo. Pero he aquí que su proyecto menos ambicioso y la grabación más relajada se convierten en un compendio de poesía y… ¿folk-pop orquestado? cuya mayor influencia musical ha sido, según palabras de Irene, "el silencio". De hecho, durante los meses previos a la grabación no escuchó música, ni compró discos porque ya tenía suficiente ruido en la cab