Se trata de un texto pionero para comprender, no ya la vertiente reaccionaria del rock, sino la prevalencia de la narrativa e iconografía fascistas y nazis en contextos culturales a priori contradictorios; se analiza el significado de esta contra-contracultura enfrentada a la hipócrita corrección política surgida del movimiento hippie. Es un libro demoledor y envolvente, como nos tiene acostumbrados Jaime Gonzalo, con el aliciente añadido de la singular potencia y el alcance que tienen los temas tratados en él sobre nuestra cultura: música, cine, literatura, moda, magia, cómic, deporte… En su portada —diseñada en octubre de 2015, previamente al fallecimiento de Bowie—, Hitler suplanta al David Bowie de Aladdin sane, de quien se habla largamente en varios capítulos.